¡Qué frío está haciendo estos días y qué bien se está en casa! Calentita y desde el sofá veo las noticias. Temperaturas de -8ºC en Pamplona, nieve en las playas de San Sebastián, en Cataluña recomiendan recoger pronto a los niños del cole por miedo a que se cierren las carreteras y, de camino a casa, me he encontrado gente echando sal en la carretera… ¡Qué bien se está en casa!
Con este frío será un fin de semana tranquilo, probablemente de esos de sofá, manta, un buen libro y alguna película divertida. Quizás incluso podríamos cocinar y organizar una cena con amigos…
Siguen las noticias ahora empieza internacional. Vuelven a hablar de la ola de frío polar. “Frío polar”, parece más una expresión de novela que de telediario… ¡Qué imágenes! Se ha helado hasta el mar, helicópteros reparten alimentos en zonas que han quedado aisladas, dicen que se han registrado temperaturas de hasta -33 ºC en Ucrania y que, de momento, esta ola de frío ha causado más de cien muertos en Europa del Este.
Pasan a hablar del aumento en el consumo energético y esto lleva a Rusia (podéis verlas haciendo click aquí), donde en enero han muerto 64 personas por el frío, prácticamente todos indigentes (lo ha dicho hoy, 3 de febrero, el ministro de sanidad ruso). Indigentes, personas que no tiene un hogar como tienes tú o en el que tan calentita estoy yo. Pero mucho más que las imágenes de nieve y de estalactitas de hielo, esta cifra es la que me pone los pelos de punta: 6000 adultos y 7000 menores viven en las calles de Moscú. ¡7000 menores!, ¡Más menores que adultos! (Y estas cifras son según el censo... la real tristemente será muy superior).
Sale una indigente de 19 años, con ojos tristes, un gorro rosa y cara de niña. Se llama Inda, tiene 19 años y vive desde hace meses en la calle por problemas familiares. ¿Qué va a ser de esta niña? Sobrevivirá a esta gélida noche porque le han dado plaza para dormir en un albergue. ¿Y mañana?, ¿Y la semana que viene?, ¿Dónde estará en tres años?, ¿Estará?
Esos ojos tristes, esa mirada un poco perdida y sin ninguna esperanza me llevan a pensar en las terribles fechas que aparecen en la presentación que hicimos de Proyecto Pushkin. Os las resumo:
· Entre 1.5 y 3 millones de niños viven en las calles de Rusia
· Más de 1 millón de niños rusos vive en instituciones de acogida
· Sólo 1 de cada 10 de estos niños logra reincorporarse a la sociedad
· Los otros 9 se pierden por el camino del crimen, la prostitución, las drogas y el alcohol o acaban suicidándose.
¿En qué categoría estará dentro de tres años esta chica del gorro rosa? Ojalá forme parte de esa décima parte que logra reintegrarse en la sociedad.
Las cifras son estremecedoras y, generalizando, podemos decir que encuentran su origen en los siguientes factores:
· Altas tasas de alcoholismo y drogas
· Familias desestructuradas
· Pobreza
· Salidas fáciles y peligrosas
· Falta de valores y de labor social
Ojalá logremos con la ayuda de todos vosotros, amigos de Facebook, del blog, vecinos, primos, cuñados, amigos de amigos… sacar adelante esta enriquecedora iniciativa y demos un hogar a muchos niños que hoy padecen el frío, la soledad, el hambre y el desamparo de las calles rusas.
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